Niños y adolescentes tienen un 40% más probabilidad de ser pobres en Mar del Plata

Mediante un estudio presentado por los observatorios de la Deuda Social y de la Universidad Fasta brindó detalles sobre pobreza y desigualdades educativas en la niñez y adolescencia en Mar del Plata.

Los datos permiten individualizar a la ciudad y conocer cuánto le cuesta a los menores de edad acceder a servicios básicos.

Gabriel Aldao, director del Observatorio de UFASTA, aseguró a una emisora local (Radio Brisas) que «los niños, niñas y adolescentes en Mar del Plata tienen mucha más probabilidad de ser pobres que el resto de la población.

A lo largo de esta serie histórica nos encontramos con que aproximadamente la diferencia en términos de pobreza es de 14%, y en términos relativos, de un 40%».

«Los niños, niñas y adolescentes tienen un 40% más de probabilidad que el resto de la población», añadió.

Por su parte el Dr. Agustín Salvia, director de investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), rescató que «Mar del Plata tiene una situación más privilegiada y una estructura social con mayor clases medias, más integradas, por lo tanto,los niveles de indigencia y pobreza tienden a ser más bajos que a nivel nacional«.

«Al menos hasta fines del año pasado, la pobreza cayó más significativamente aquí que en el resto del país, incluso la indigencia. Eso marca también que los procesos de caída de la inflación y recuperación de ingresos de los sectores trabajadores ocupados, profesionales y calificados, logró que vastos sectores de clase media pudieran recuperar capacidad de consumo» indicó.

Pese a esto, analizó que «si bien hay una sobreestimación o sobrerepresentación de la caída de la pobreza en Argentina y también en Mar del Plata, porque hay aspectos que no están siendo bien considerados por las estadísticas públicas y tiene que ver con que ha cambiado la canasta y el consumo de los hogares, los precios del combustible, el transporte, la comunicación, el agua y los servicios en general han tendido a aumentar más que los alimentos».

«La indigencia es asistida por los programas sociales y logró caer de manera importante. Pero la ‘pobreza no indigente’, la que marcaba los nuevos pobres de clase media, quizás haga que no lo sientan en el consumo. Estadísticamente, son no pobres, pero eventualmente su capacidad de consumo todavía no se ve reflejada en términos de tener mayor capacidad de inversión en capital humano y social» finalizó Salvia.

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